Amor y Sexualidad

Qué es la famosa Química del amor

Es bastante curioso como funciona la química del amor en nuestro cuerpo, una simple sustancia liberada en nuestro cerebro nos puede provocar tanta felicidad y hacernos ver las cosas con un twist diferente, con un toque rosa o como le quieras decir, o el caso contrario ponernos como león enjaulado que escupe fuego por la boca.

Una pequeña liberación de oxitocina, serotonina y endorfina convierten al ser humano más amargado en la persona más positiva y optimista del mundo; la química a nuestro favor o en nuestra contra para hacernos ver el mundo como un lugar inmensamente pequeño o increíblemente grande. Pero como se llega a producir esas sustancias que son la llave a la felicidad; dicen que la felicidad es algo efímero y por lo que se lucha toda una vida, pero no te has puesto a pensar que ciertas sustancias en nuestro cerebro pueden ser la clave para lograr la tan ansiada felicidad.

Me pregunto cómo una persona puede lograr producir endorfinas, obvio hay ciertas claves, se dice que el sexo y algunos alimentos estimulan la producción de estos opiáceos naturales a los cuales nos hacemos adictos muy fácilmente y de los cuales podemos carecer bien rápido y sufrir de una abstinencia dura.

Comida, sexo, ciertas actividades disparan en nuestra conexión cerebral y en nuestro cuerpo una serie de procesos que pueden llevarnos al éxtasis de formas celestiales, pero que pasa cuando esa capacidad para llevarnos al cielo la tiene una persona. Que pasa cuando una persona en específico nos acelera el corazón, nos hace temblar las rodillas, hace que nuestras pupilas se dilaten, y por favor no me digas que estoy enamorada porque no lo creo, es simple química y unas sustancias llamadas hormonas jugando con nosotros y con nuestra percepción alterándola y manipulándola por estar bajo el influjo de sustancias alucinógenas.

Un adulto racional, estable y parcialmente amargado, como puede transformarse en una persona alegre y coodependiente, una persona que viva alegre y soñadora pensando en alguien más, sonriendo simplemente por el hecho de pensar en otra persona, ¿suena como muy estúpido no lo creen?, apostarle todas las fichas del póker a una jugada, a una persona. Qué pasó con el mentado bluff y no hacerle saber a los demás que tipo de juego te tocó en esta mano, todo por culpa de las hormonas, de la felicidad que se disparan al ver o más patéticamente al recordar una persona que simplemente te hace sonreír.

Lejanamente de la necesidad de la posesión y la pasión, la química del enamoramiento es muy compleja, en la que intervienen muchos procesos neuroquímicos que te van a traicionar y convertirte en un estúpido que no razona y simplemente siente.

Y todo comenzará a empeorar y empeorar, sobre todo si te encuentras con la persona indicada, cuya mente es interesantemente atractiva y un físico para morirse.

Primero tu cuerpo sucumbirá a sus encantos y poco a poco liberará feromonas cuyo aroma sutil lo atraerán a ti, pero como te decía sigue empeorando rápidamente, después de la primera atracción el proceso químico te traicionara y te transformará en un idiota presuntamente feliz, que ya no come, no puede dormir, pensar o concentrarse, inclusive sentir mariposas en el estómago, qué frase por dios, a quien se le ocurrió seguramente estaba bajo el efecto de muchas hormonas descontroladas.

Dopamina, Feniletilamina, Serotonina, Norepinefrina, sustancias que reiterativamente sirven para lo mismo llenar de placer, de un éxtasis estimulante que nos deja sordos y ciegos al mundo interior y exterior, todo termina fuera de control y somos animales autómatas que solo responden a la búsqueda inconsciente de estas peligrosas sustancias que aparentemente nos hacen muy felices.

El amor, vaya, estamos jodidos con él y sin él, pero vaya que últimamente me he convertido en adicta a estas sustancias tan molestas, desafortunadamente no se que sea capaz de hacer o que tan bajo tenga que caer para seguir siendo fiel seguidora de las hormonas del amor.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com